La hormona del crecimiento, ¿está de moda?
Me gustaría compartir con vosotros la popularidad que últimamente está adquiriendo el tratamiento con hormona de crecimiento. Hace unos años esta terapia estaba prácticamente restringida al sector médico-farmacéutico, hasta que se hizo público que Leo Messi, uno de los mejores futbolistas del mundo, necesitó esta hormona durante su infancia para poder crecer con normalidad.
La Hormona de Crecimiento se fabrica en nuestro organismo de forma natural, en concreto dentro de una pequeña glándula llamada hipófisis y situada en el cerebro. El principal objetivo de esta hormona es hacernos crecer hasta alcanzar la altura que nos corresponde por herencia, lo que científicamente se conoce como talla genética. Cuando un niño no tiene suficiente hormona de crecimiento en su cuerpo necesita un “tratamiento sustitutivo”, es decir: recibir del exterior la sustancia que le falta en su interior. Esto es posible gracias a la administración de un fármaco llamado Hormona de Crecimiento biosintética. Este medicamento es idéntico a la hormona natural y debe ser recetado por un médico especialista. Una vez diagnosticado un “Déficit de Hormona de Crecimiento” el niño puede iniciar el tratamiento (1 inyección intramuscular diaria) que se prolongará hasta alcanzar la pubertad, etapa del desarrollo donde el niño se convierte en adolescente ya partir de la cual los huesos ya no crecen más.
Cuando finaliza la infancia se nos plantea la siguiente pregunta: La Hormona de crecimiento sigue siendo necesaria durante la etapa adulta?
La respuesta a esta pregunta es afirmativa. Nuestro cuerpo nunca deja de fabricar hormona de crecimiento, aunque la cantidad presente en el organismo disminuye poco a poco con la edad.
Al principio, a esta hormona sólo se le atribuyó un efecto sobre el crecimiento, de ahí procede su nombre. Posteriormente, se comprobó que también tenía otras funciones denominadas “metabólicas” y relacionadas con la calidad de vida.
Los efectos metabólicos de la Hormona de Crecimiento son menos visibles y más difíciles de medir que los centímetros. Sin embargo, se ha demostrado que se basan en un aumento de la masa muscular, una reducción de la masa grasa, una protección del sistema cardiovascular y una estimulación del anti-envejecimiento celular.
Este avance científico ha permitido que en la actualidad el tratamiento con esta hormona pueda prolongarse durante la etapa adulta, siempre que un médico especialista así lo indique. Es importante señalar, que se necesita un período de descanso (alrededor de 6 meses) antes de iniciar la terapia en el adulto. Una vez transcurrido este tiempo, se realizarán las pruebas clínicas adecuadas, y sólo se reinstaurará el tratamiento si los resultados confirman una cantidad insuficiente de hormona en el organismo.
Estas valoraciones se irán repitiendo a medida que la edad avanza. Por tanto, si el Déficit de Hormona de Crecimiento se mantiene con el paso de los años, la terapia seguiría estando indicada. Afortunadamente, la investigación no cesa y se esperan novedades al respecto.
En conclusión, la Hormona de Crecimiento es imprescindible para alcanzar la talla genética, pero no nos hace crecer más de lo que nos tocaría y, por supuesto, no consigue que marquemos goles.
M. Carmen Salvador
Licenciada en Biología
Educadora en el sector salud y experta en Patología endocrina