Dietas milagro o el milagro de no enfermar
La primavera ha llegado, los días se alargan, las temperaturas aumentan y la ropa se aligera quedando al descubierto los kilos de más cogidos en invierno y felizmente camuflados bajo los jerseys de lana, los pantalones de pana y los abrigos. Con la llegada del buen tiempo, se inician todo tipo de pautas de alimentación restrictivas o «dietas milagro» que se caracterizan en general por una menor ingesta calórica y energética y la exclusión total o parcial de algún grupo de alimentos con nutrientes necesarios para el organismo. Estas dietas, en ocasiones, son prescritas por personas que no son profesionales de la salud y sin suficientes conocimientos en nutrición y dietética.
La dieta de la alcachofa, la dieta de los tres días, la dieta de la piña, la ANTIDIETA … son algunos de los ejemplos de este tipo de dietas que suelen basarse en un solo alimento o centrarse en los hidratos de carbono o las proteínas. El resultado es una alimentación deficitaria en mayor o menor medida, que si seguimos de forma prolongada puede implicar alguna carencia nutricional que ponga en peligro nuestra salud. Una dieta que promete resultados demasiado buenos como para creerlos, es que probablemente tendrá unos resultados más que dudosos.
Una pauta de alimentación adecuada junto con el incremento de la actividad física, debe permitir perder entre 500g y un máximo de 1 kg por semana. Un patrón de alimentación ideal podría ser aquel que tenga un desayuno con una rebanada de pan integral con una rodaja de tomate, una loncha de queso bajo en grasa, orégano y un hilo de aceite de oliva. Una infusión con una pera a media mañana. Una comida de ensalada completa con gran variedad de hortalizas y media pechuga de pollo a la plancha, un poco de aceite, sal y un chorrito de zumo de limón, con una rebanada de pan integral y una pieza de fruta de postre. Una merienda con una taza de leche semidesnatada y 3-4 cucharadas de cereales integrales. Una cena ligera de una tortilla de cebolla picada con poco aceite, acompañada de alcachofa a la plancha, una rebanada de pan integral y una pieza de fruta. Es decir, una pauta que contenga todos los grupos de alimentos, cereales, frutas, verduras, alimentos ricos en proteína y aceite, y sea lo más parecido a nuestra cultura alimentaria.
Si se eligen raciones moderadas, cocciones ligeras, se es muy prudente con la cantidad de aceite, se incrementan los paseos a paso rápido, se suben todas las escaleras que nos encontramos en nuestro día a día y bebemos agua durante todo el día, especialmente en las comidas, conseguiremos nuestro objetivo, quizás no tan rápido como prometen las dietas milagro, pero sí con más salud y más soportable en el tiempo.
Gemma Miranda
Dietista Nutricionista, UB, de Nútrim
Especialista en Salud Pública, UPF