Masaje infantil. ¿Qué beneficios aporta al tu bebé?
Desde el momento del nacimiento hasta los dos o tres años de vida, se desarrollan en el cerebro importantes sistemas, especialmente los que utilizamos para gestionar las emociones.
Son numerosos los estudios que hablan del tacto i los beneficios de la nutrición afectiva en los primeros años de vida. El sentido del tacto es el primer sentido que se desarrolla en el bebé ya en el vientre materno y es el último que perdemos cuando morimos. Durante la gestación, la piel del feto está continuamente estimulada por el contacto del líquido amniótico que actúa como mecedora con los movimientos de la madre. De esta manera, gracias a la estimulación táctil, va adquiriendo sus primeras experiencias sensoriales. Cuando el bebé nazca, recibirá estímulos a través de los cinco sentidos y mediante el tacto conectará con el mundo exterior de la misma forma que tocando a nuestro bebé, podemos conectar con su mundo emocional.
Hubo una época en que en algunos países occidentales se dejó de tocar a los bebés. Los motivos eran varios, pero coincidían en que tocarlos demasiado o responder al llanto cogiéndolos en brazos podía mal acostumbrarlos. Actualmente, muchas costumbres de nuestros antepasados están siendo recuperadas gracias, en parte, a los resultados obtenidos en diferentes estudios en neurociencia que revelan los beneficios de un contacto afectivo como parte fundamental del desarrollo fisiológico, psicológico y emocional del bebé. Tocarlo, acariciarlo y sostenerlo en brazos genera una liberación de sustancias bioquímicas en el cerebro, como la serotonina y la dopamina, produciendo una agradable sensación de placer. Este hecho contribuye a que se desarrollen las funciones superiores del cerebro además de ayudar a reducir los niveles de cortisol, favoreciendo una correcta respuesta al estrés. Paralelamente, la estimulación táctil y el masaje, aceleran el proceso de mielinización mejorando la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.
Tal y como se concibe en IAIM (International Association Infant Massage), el Masaje Infantil (MI) consiste en una secuencia de movimientos que combinan técnicas del masaje hindú, el masaje sueco, la reflexología y el yoga.
El masaje puede ser iniciado a cualquier edad, aunque no se recomienda empezar antes del primer mes de vida del niño puesto que la piel del recién nacido es extremadamente sensible. Aún así, dar masaje a niños nacidos pretérmino ha demostrado tener multitud de ventajas y son numerosos los estudios realizados sobre MI aplicado a prematuros. Los resultados demuestran sus beneficios sobre el crecimiento y desarrollo madurativo del bebé concluyendo que los bebés prematuros a los que se les realizó MI en el hospital aumentaban de peso con mayor rapidez, permanecían más tiempos despiertos y en alerta activa y dormían con mayor facilidad. Por todo ello, muchos de los centros hospitalarios ya han empezado a integrar el masaje en las salas de neonatología.
Veamos que otros beneficios nos puede aportar:
Como ya hemos comentado, el masaje actúa sobre el sistema endocrino reduciendo la liberación de hormonas relacionadas con el estrés y favoreciendo la liberación de las hormonas relacionadas con el placer y el bienestar. Pero a nivel fisiológico ofrece mucho más beneficios que tienen que ver con la estimulación, la relajación, la interacción, la función liberadora y el vínculo afectivo.
Mantiene en equilibrio el sistema inmunológico, ya que a través del contacto corporal continuado, ofrece seguridad emocional y transmite tranquilidad al bebé.
Tiene una función liberadora por sus efectos relajantes y tonificantes sobre los músculos, ayudando a disminuir las tensiones físicas y emocionales y mejorando el patrón del sueño.
Ayuda a madurar el sistema gastrointestinal y a regularlo, siendo una técnica efectiva en situaciones de gases y cólicos disminuyendo el dolor y la tensión abdominal.
Regula el sistema respiratorio y favorece la movilización y eliminación de secreciones, disminuyendo la congestión
Refuerza los vínculos afectivos y el apego seguro entre el bebé y sus padres o cuidadores siendo una herramienta de comunicación, relación, respeto y afecto.
Además, el MI es también beneficioso para los padres y las madres, porqué dar un masaje favorece la liberación de oxitocina, la hormona responsable de la lactancia materna, proporciona seguridad incrementando la autoestima y la confianza, mejora las habilidades, implica al padre de forma temprana en el cuidado del bebé, disminuye la depresión postparto y fomenta la comunicación y el respeto con el niño.
Aquellos padres y madres que deseen iniciarse en esta técnica, descubrirán que el MI es una experiencia vital única, proporcionando un espacio de comunicación y afecto y un tiempo de dedicación exclusiva que les permitirá disfrutar de momentos de tranquilidad y de intimidad con sus hijos.
Marta Prats Molner
Enfermera y Educadora en masaje infantil