Cáncer, alimentación y estilo de vida
Como profesionales de la salud que trabajamos con personas que padecen cáncer, a menudo nos preguntan si podemos hacer algo para prevenirlo o si en el fondo, todo se reduce a la mala suerte o factores genéticos hereditarios.
El término cáncer engloba un grupo de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de células anormales, que se dividen y crecen sin control en cualquier parte del cuerpo.
Los cánceres son enfermedades multifactoriales debidas al efecto combinado de factores genéticos y ambientales.
Pero que el cáncer tenga una base genética no significa que sea hereditario ya que las alteraciones genéticas pueden aparecer a lo largo de nuestra vida por factores ambientales como la exposición a radiaciones o sustancias químicas o como consecuencia de unos hábitos poco saludables. Sólo alrededor de un 5% de los tumores son hereditarios, el resto se consideran que tienen un origen multifactorial.
Se estima que entre 5 y 7 de cada 10 casos de cáncer se podrían prevenir con un adecuado estilo de vida. Las recomendaciones del Código europeo contra el cáncer son:
• Realizar actividad física de forma regular
• No fumar
• Limitar el consumo de alcohol
• Mantener un peso adecuado
• Controlar la exposición prolongada al sol y la exposición a sustancias cancerígenas
• Seguir programas de detección precoz de cáncer (mama, colon y cuello de útero)
TENGO CÁNCER, ¿DEBO HACER CAMBIOS EN MI DIETA?
Cuando una persona es diagnosticada de cáncer es habitual que reciba consejos y recomendaciones de la familia o de las personas de su entorno que han pasado por una situación similar. Además, también es habitual que ante el diagnóstico se conecten a Internet, donde se puede encontrar todo tipo de información y contenidos con consejos y recomendaciones que no siempre son del todo fiables.
La alimentación, puede y debes ser una aliada durante el tratamiento del cáncer. Mantener una ingesta adecuada durante la enfermedad contribuye a cubrir las necesidades nutricionales, facilita una mayor tolerancia al tratamiento, da fuerzas para abordar las diferentes etapas y contribuye a disminuir las complicaciones.
En este sentido, es importante que los consejos y las recomendaciones vengan siempre de personas cualificadas; con sus conocimientos ayudan a conseguir un óptimo estado nutricional y acompañan a cada momento, realizando las modificaciones necesarias según las necesidades individuales porque el hecho de alimentarse siga siendo una actividad agradable de la vida.
Marta Prats, Enfermera